Avance “Sueños de libertad”: Jaime descubre el secreto de Marta y Fina, capítulo 85 lunes 24 de junio

En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el viernes 21 de junio, María confesó a Gema que se inventó su embarazo para retener a Andrés; Begoña sufrió un leve mareo, y Julia, temiendo que ésta muera y la deje sola con Jesús, se orinó encima del susto; Jaime, escamado, soltó a Marta que es la persona que mejor conoce a Fina; e Isidro, al que don Agustín advirtió sobre Damián, escuchó una charla íntima entre Digna y el patrón…

Avance de lo que pasará el lunes 24 de junio en el capítulo 85 de “Sueños de libertad”

Isidro, con mucho mejor aspecto, entrega a Fina el anillo de pedida de su madre. Cuando el chófer pretende regalarle también su alianza, la dependienta se niega a aceptarla, insistiendo en que su padre no se va a morir, pero él reitera que ha llegado su hora e insta a su hija a asumirlo de la mejor manera.

Mientras, Begoña, que no aguanta más encerrada en la alcoba, decide bajar al salón, donde se encuentra con Andrés, al que felicita por el embarazo de María. Además, desvela a su cuñado que su mujer quiere que lo convenza para que se marchen a Navarra cuanto antes. La enfermera, que entiende los celos de la joven, ruega al exmilitar que se vaya ya y la olvide…

Por su parte, Luis empieza a ejercer como directivo y exige a Joaquín que vaya a la fábrica a recibir un pedido. Su hermano rechaza la orden, ya que se ha tomado la tarde libre para acompañar a Gema a Madrid. El rifirrafe deriva en una agria discusión y el mayor de los Merino acusa al otro de comportarse igual que los De la Reina…

Más tarde, Joaquín se queja a Damián de que siempre tenga que ser él quien saque las castañas del fuego en la empresa, insinuando que sabe que Jesús disparó a Begoña. Su tío, furioso, le extiende un cheque con dinero y se lava las manos respecto a las órdenes de Luis.

Y Begoña advierte a Jesús que Julia necesita apoyo profesional y propone a Luz. Él no cree que la niña tenga motivos para seguir angustiada y, sobre todo, teme que la médica le ayude a recordar lo que ocurrió en el bosque. Pese a la oposición de Damián, Jesús, al que le interesa complacer a su mujer para ganarse de nuevo su cariño, pide a la doctora que vea a la pequeña.

Al salir del despacho de Damián, Joaquín anuncia a Gema que le es imposible ir con ella a la capital, pues ha surgido un imprevisto en la fábrica. Su mujer tiene claro que pasará la tarde en Madrid con o sin él, y éste le promete una sorpresa a la vuelta.

En el dispensario, Luz confirma a Sara que lo que provocó su ruptura con Luis, con el que no se plantea volver, fue su empeño en ser una mujer independiente. La criada, que aspira a ser libre y autosuficiente como la doctora, intuye que lo suyo con el perfumista no va a funcionar.

En Madrid, Gema coincide con Ernesto, el atractivo caballero que la socorrió cuando casi pierde un tacón. Ella se hace la interesante y él la invita a una irresistible fiesta. La sirvienta hará lo posible por acudir.

En la mansión, Luz, tras charlar un rato con Julia, corrobora a Begoña que la niña está trastornada por la terrible experiencia que vivió en la cabaña. La enfermera informa a la doctora que Jesús se muestra muy arrepentido, pero su amiga le aconseja no bajar la guardia…

En la cantina, después de que Susana lo traicionara dejándolo sin un duro, a don Agustín le ha dado por ahogar sus penas en vino. A pesar de cómo la trata, Claudia se interesa por él, pero el cura no le hace ni caso.

Después, Begoña comenta a Jesús que Luz cree que, con estabilidad y amor, Julia se recuperará. Pero ella ve una utopía volver a ser una familia feliz. Así, pactan fingir normalidad por el bien de la niña…

Al caer la noche, en la cantina, Jaime, con un ramo de flores en la mano, se harta de esperar a Marta y opta por ir a buscarla. Mientras, don Agustín sigue bebiendo y acaba desvelando a Claudia que su hermana le ha robado su pequeña fortuna, confesando que la amasó defraudando a los fieles…

A punto de marcharse, Marta regresa a la oscuridad del almacén, donde encuentra llorando desconsolada a Fina, que ya es consciente de que Isidro va a morir. A su jefa se le parte el corazón y ambas se besan con más pasión que nunca. En ese momento, Jaime se presenta en la tienda y, sin ser visto, observa impactado la escena…