Sueños de libertad

Andrés y Marta desearían matar a Jesús en ‘Sueños de libertad’, y estos son los motivos

Las cosas se están pasando de castaño oscuro en la serie Sueños de libertad, especialmente en el triángulo formado por los personajes de Begoña, Jesús y Andrés. En el capítulo de este miércoles, la enfermera de la ficción de las sobremesas de entre semana de Antena 3, ha acabado contándole a su cuñado lo que su marido pensaba hacerle a Julia. El tío Andrés ha querido buscar la justicia por su propia cuenta.

En el episodio anterior del melodrama protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, Begoña le echó en cara a Jesús que hubiese recurrido a la treta de envenenarla para mantenerla a su lado. El perverso empresario le dijo que tenía otras formas de hacerle daño: la separaría de Julia, mandándola a un internado. Hoy, Begoña le ha pedido a Jesús seguir hablando.

“Hay algo que tú no tienes claro”, ha anunciado la esposa, empoderada, diciéndole que si la separaba de Julia, ya no habría nada que la retuviese allí, “me iré sin ningún remordimiento”. Jesús le ha preguntado si acaso podría vivir sin ver a Julia nunca más, porque de eso se encargaría él.

Begoña ha arremetido con que tenía pruebas y testigos de que le había envenenado, y él le ha respondido que ya imaginaba quiénes eran: Luz no podría alegar nada con un análisis de sangre vacío, y a Andrés podría denunciarlo por desaparecer dos días con Begoña, y su matrimonio con María quedaría roto. Jesús ha amenazado con que siempre iría dos pasos por delante de su esposa.

Damián le ha preguntado a Jesús por qué siempre conseguía hacer daño a la familia

En el desayuno, Damián ha anunciado a Jesús y Andrés que el propietario del Grupo Miranda, potencial cliente, llegaría de visita, y quería que María se encargase de organizar una velada. Jesús ha aprovechado la ocasión para anunciarles que pensaba enviar a Julia a un internado de Sigüenza, para alejarla de las distracciones de la casa y pudiese centrarse en sus estudios.

Damián ha apartado a Jesús para entender mejor lo que se proponía, mientras Andrés iba en búsqueda de Begoña, sin éxito. El fundador de la empresa le ha preguntado al hijo por qué hacía aquello, pues siempre conseguía hacer daño a la familia. Jesús ha echado la culpa a Begoña, y le ha contado a su padre el plan de fuga que su esposa labraba con su hija. Con este escándalo, Jesús ha justificado que le hubiese drogado a Begoña. Damián, por su parte, ha pensado que la noticia destrozaría a Digna, y que él mismo se encargaría de anunciárselo.

Una compra desleal

Mientras tanto, Luis no podía hacerse a la idea de que el proyecto del balneario se les hubiese esfumado de la noche a la mañana. Joaquín ha anunciado que le había hecho una contraoferta a Peralta, pero el vendedor le ha comunicado que ya no se podía hacer nada. Eso sí, le ha informado que el misterioso comprador de las tierras había sido una sociedad de Málaga.

Acto seguido, Jesús le ha contado a Isabel cómo consiguió comprar la propiedad: lo hizo a través de una empresa que abrió en Málaga para la compra-venta de inmuebles. Aquello, además, le ofrecía la ventaja del anonimato. Cuando Gema ha acudido al despacho de Isabel, la secretaria ha escondido la carpeta con los papeles de la compra. La criada le ha contado lo que le acababa de pasar a los Merino, y le ha hecho ver a Isabel que estaba condenada a servir de criada de por vida. ¿Ha conseguido la esposa de Joaquín despertar los remordimientos de la auxiliar?

El bofetón de Marta

Después de hablar con Damián, Marta ha temido lo que Jesús pudiese hacerle a Fina. La empresaria ha acudido muy enfadada a su despacho, para preguntarle por qué le estaba haciendo aquello. Jesús ha fingido que no sabía de lo que le hablaba, pero Marta ha proseguido avisándole de que no iba a poder con ella, porque no pensaba rendirse. “Has cruzado un límite imperdonable”, ha alertado la novia de Fina.

Jesús le ha recordado a su hermana que en aquella familia no tenían vida privada, pues la empresa se lo comía todo. “Andrés y tú nunca habéis entendido lo que es el compromiso”, ha asumido el hijo mayor. Marta le ha prometido que si quería guerra, tendría guerra, y le ha jurado que si le hacía daño a Fina, encontraría la forma de acabar con él. “Me das pena, y sobre todo, asco”, ha insultado Jesús, cuando por fin ha hecho entender que sabía de lo que le hablaba. Así es como se ha ganado el bofetón que Marta le ha propinado gustosamente.

Jesús, a su hermana Marta: “Me das pena, y sobre todo, asco”

Fina se ha reunido con Damián más tarde, con la casualidad de que Marta también estaba en el despacho. La enrabietada hija le comentaba al padre que ella no asistiría a la velada con Miranda, y que no se podría dar una imagen de familia unida. Por su parte, la dependienta ha anunciado que se veía obligada a rechazar la vacante de Barcelona, y Damián le ha indicado que eso suponía su marcha de Perfumerías De la Reina. “Los tres aquí sabemos lo injusto que es, y las razones que le han hecho tomar esta decisión”, ha dejado patente Fina.

Andrés, furioso

Andrés ha vuelto a probar suerte en su búsqueda de Begoña. La mujer estaba deprimida en su dormitorio, y le ha contado a su cuñado cómo su marido descubrió todo su plan de fuga. La enfermera no solo ha temido que no le quedase otra alternativa que permanecer al lado de Jesús, sino que también ha pensado que Julia la odiaría al creer que se iba de viaje con ella, cuando en realidad marcharía sola al internado. Andrés se ha negado a pensar que no había otra opción, y ha bajado corriendo las escaleras para encararse a Jesús.

Jesús acababa de colgar el teléfono cuando Andrés ha intentado estrangularle por la espalda. Cuando el atacado se ha liberado, le ha reprochado a su hermano que él era el culpable de todo: su matrimonio estaba bien, hasta que Andrés se entrometió. “Begoña y Julia son mías, y nadie me las va a quitar”, ha exclamado Jesús, prometiendo protegerlas de todo. “Si por eso tengo que enviar a Julia a un internado, lo voy a hacer”, ha escuchado Julia en la puerta del despacho.

La niña ha salido corriendo escaleras arriba, y Begoña la ha intentado retener, mientras que la pequeña le reprochaba que le hubiese prometido estar siempre juntas. ¿Cómo se resolverá este entuerto? ¿Acudirá finalmente Julia al internado?

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