Sueños de libertad

Begoña prepara su salida de ‘Sueños de libertad’, pero una trampa podría entorpecerla

El personaje de Jesús, en la serie Sueños de libertad, no conoce límites. El empresario de la ficción que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas, ha demostrado estar dispuesto a hacer lo que haga falta, con tal de controlar los impulsos de su esposa, Begoña. En el capítulo de este martes, 13 de agosto, el hermano mayor de los De la Reina ha dado un paso más en su cruel y firme propósito, y ha sido la gota (casi literal) que podría colmar el vaso.

El capítulo del melodrama protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, ha comenzado con la explicación de Damián a Jesús, sobre su amenaza sobre Begoña. El fundador pidió a su nuera que pensase en qué pensaría Julia si supiera de su aventura con Andrés, por lo que le aconsejó que no volviese a atentar contra su propio marido. En ese momento, la enfermera ha entrado en el despacho para anunciar que se marchaba al dispensario. Pese a los intentos de Jesús de retenerla en casa, Damián ha intercedido para que le permitiese airearse a su esposa.

En otro orden, Luz ha confesado a Luis los problemas de salud de Jaime. “No le queda mucho tiempo”, ha contado la doctora, pidiéndole al perfumista que no se lo contase a nadie. Borrell también ha explicado que ella había tenido que ser su único apoyo, y que la noche que Luis los descubrió juntos en su apartamento, Berenguer había sufrido otra de sus crisis de jaqueca. Luis le ha respondido que no necesitaba darle explicaciones de aquel día, pero ella ha sentido la necesidad de hacerlo. Cuando ambos se han marchado, Jaime ha despertado. ¿Había escuchado la conversación entre ellos?

Una ladrona en el dispensario

Minutos después, Jaime ha intentado volver a casa, pero seguía en un estado delicado, por lo que ha regresado a la cama de Luz. Al volver a la consulta, la doctora ha pillado a Begoña robando botes de pastillas del armario. La ayudante ha admitido que había robado otras veces, y Luz se ha sentido defraudada. Pero la esposa de Jesús ha explicado que había denunciado a Jesús y no había servido de nada.

Begoña ha alegado que gracias a los calmantes había podido resistir aquellos duros días, en los que Jesús había llegado a abusar de ella. Tras el abrazo consolador de Luz, Begoña ha llegado a la conclusión de que no podía seguir por el camino de la drogodependencia: debía estar bien lúcida para devolvérsela a Jesús, y ya había pensado la forma de hacerlo.

Jaime, a Luz sobre Luis: “A mí me quieres, pero a él le amas”

Jaime, ya recompuesto, ha dicho a Luz que no podía depositar toda la carga de su enfermedad en ella. “He oído lo que hablabas con Luis”, ha comentado el médico, “es evidente lo que sientes por él”. Luz ha intentado echar balones fuera, y ha dicho que lo que vivió con el perfumista ya era agua pasada, y que a él le quería de verdad. “A mí me quieres, pero a él le amas”, ha pensado Jaime, quien ha decidido echarse a un lado para que ella pudiera ser feliz con Luis. “Te digo todo esto porque te quiero, te quiero de verdad”, se ha despedido Berenguer, deseando con sinceridad que fuese feliz: “Ha sido un regalo encontrarme contigo”, ha dicho antes de darle un último beso.

Begoña quiere marcharse

Begoña ha acudido al despacho de Jesús para comentarle que cometió un error denunciándole, y que no volvería a ocurrir. La esposa ha reconocido que no estaba bien en Toledo, y necesitaba calmarse tras la muerte de su madre y todo lo que había estado ocurriendo, por lo que había pensado en marcharse de nuevo a Inglaterra, donde vivió antes de casarse con Jesús.

Jesús se ha sentido amenazado con la propuesta, y ha preguntado cómo podrían justificar su ausencia de cara a la familia, y especialmente a Julia. Begoña le ha propuesto comentar que se había ido a casa de unos amigos, y que su hija también había notado lo mal que estaba. Begoña lo ha enfocado como una posibilidad para sanar heridas en su matrimonio. Su voluntad era empezar de cero y no volver a tomar tranquilizantes. Jesús ha fingido celebrar la decisión, y le ha prometido que se lo pensaría muy seriamente. Cuando Begoña se ha marchado, Jesús ha llamado a Cazorla, el proveedor clínico.

Por la noche, Jesús ha encontrado a Damián tomándose una copa para relajarse, después de discutir con Isidro sobre la mentira que propagó de que había sido Lázaro quien había matado a Clotilde, y no Valentín. Jesús le ha explicado a su padre las intenciones de Begoña de huir, y a Damián no le ha parecido mala idea perderla de vista un rato. Pero Jesús ha dicho que no podría permitir aquello, como esposo suyo que era.

Cazorla ha acudido a la residencia De la Reina, y le ha dado a Jesús su pedido: un pequeño frasco de tranquilizante en gotas. El comerciante ha advertido al empresario de que no debía suministrar más de dos gotas, y Jesús le ha dado un gran sobre de dinero a cambio de su silencio. ¿Le hará caso Jesús a Cazorla, o se le irá la mano con la medicación? ¿Caerá Begoña de nuevo en el letargo de la sumisión?

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