Sueños de libertad

“Mafin” en la cárcel, o Begoña en el sanatorio: por qué tiene que suceder una de las dos cosas en ‘Sueños de libertad’

Los personajes de Marta y Fina llevaban unos días de paz, en los que podían por fin vivir su relación amorosa en secreto, pero sin que terceras partes se entrometieran. Sin embargo, las cosas están a punto de ponerse muy negras para las “Mafin”, pues a partir del capítulo emitido este viernes en Antena 3 de Sueños de libertad, los secretos de Marta podrían ser revelados, y ambas podrían acabar en la cárcel.

En el episodio anterior de la ficción protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, entre otros intérpretes, Luz y Andrés convencieron a Jaime para que le hiciese un análisis de sangre a Begoña, pese a las reticencias de Jesús. Hoy, Jesús ha iniciado una discusión con María por los aires que se daba por el éxito de la verbena. La esposa de Andrés se ha defendido diciendo que quizás al empresario no le venía de gusto ver cómo algunas “mantenían la cabeza en su sitio”.

En ese momento, Begoña ha bajado del piso de arriba, confundida y preguntando por su madre. Jesús ha logrado que volviese a su cuarto a descansar, y María, al ver lo grave que estaba su cuñada, ha pedido perdón por su comentario. A solas con su hijo, Damián le ha pedido a Jesús que tuviera controlada a su esposa, y el empresario ha temido más por Andrés, quien parecía decidido a creer a la desequilibrada Begoña. Andrés le ha confiado a Digna que seguía buscando a Valentín. El ama de llaves guardaba la esperanza de saber dónde estaba, al menos, su cuerpo. “Necesito respuestas para poder dormir tranquila”, ha comentado la tía, “yo sé que tú llegarás hasta el final”.

Jesús increpa a Fina

En su despacho, Jesús le ha dicho a Isabel que no había podido quitarse de la cabeza lo que le dijo sobre su hermana Marta. El hombre le ha pedido justificaciones, y que hablase sin filtros, y la secretaria ha contado que la vio besarse en el pasillo con Fina. “¿Qué le está pasando a esta familia?”, ha puesto el grito en el cielo el hermano mayor de Marta, quien ha decidido que, a partir de entonces, llevaría él las riendas del tema. “Soy una tumba”, ha asegurado Isabel, sobre la solicitud de Jesús de que no se lo contase a nadie.

Jesús se ha dirigido a la tienda cuando Fina estaba tras el mostrador. El perverso jefe ha puesto en un aprieto a la chica, al preguntarle qué regalo le haría a una mujer. Fina no ha acertado con sus sugerencias, y Jesús ha ido calentando el ambiente, increpando a la pobre dependienta por no saber qué perfume usaba Begoña.

Marta ha comentado a Claudia que una madre soltera no daba buena imagen a la empresa

Allí mismo, en otro momento, Marta le ha reprochado a Claudia que no confiase en ella, y la dependienta le ha preguntado si le iba a despedir. Marta ha comentado que una madre soltera no daba buena imagen a la empresa, y menos si el padre era el cura. Claudia ha asegurado que eso no era del todo cierto, pero sí ha confesado que Mateo y ella se habían enamorado. Marta la ha creído, aunque no le hubiese querido contar quién era el padre de la criatura, y le ha prometido que la cuidaría todo lo que pudiese, aunque su situación era delicada.

Mateo ha abroncado a don Agustín por esparcir aquellos rumores de que él era el padre del hijo de Claudia, y el cura veterano ha comentado que era su particular venganza por robarle los feligreses, y además por sembrar las dudas sobre él en don Damián. El sacerdote le ha sugerido a Mateo que se largase de la colonia, por el bien de Claudia.

Más tarde, Marta ha defendido a Fina cuando Jesús le ha pedido que la echase por su mal trato hacia los clientes. “¿Se puede saber por qué la defiendes tanto?”, ha preguntado el hermano, amenazando con renovar la plantilla de la tienda, en relación también al escándalo de Claudia. Marta le ha pedido que lo dejase todo en sus manos.

En la tienda de nuevo, Marta le ha preguntado a Fina si ya sabía de antemano que Claudia estaba embarazada. Fina ha preguntado a su amante si iba a despedir a su amiga, y Marta ha alegado que apenas le quedaban cartuchos para defender a Claudia, después de evitar que Jesús enviase a Fina al almacén. La hija de Isidro se ha mostrado decepcionada por las palabras de Marta, y ella le ha respondido que era directiva de la empresa después de todo, y que aquello era algo que Fina admiraba cuando se enamoró de ella.

El chantaje más sucio

Mateo ha ido a hablar con Marta después, y se ha disculpado por los rumores. “Claudia no tiene la culpa de nada”, ha explicado el cura, diciendo que había gente que quería hacerle daño. Marta ha protestado de que aquel daño siempre acababa pagándolo una mujer, y por ese motivo, Mateo ha pedido que Claudia no abandonase el puesto: “Seré yo quien abandone la colonia”, ha pedido, esperando que aquello acabase con los rumores.

Por su parte, Jesús ha hecho llamar a Jaime, y le ha dictaminado que los resultados del análisis de Begoña tenían que resolver que todo estaba bien y no había de qué preocuparse. “Esos resultados arrojarán luz sobre un tema del que debes quedarte al margen”, ha explicado más a fondo el cuñado. Jaime no estaba entendiendo absolutamente nada, y aquí ha empezado el chantaje de Jesús: “Tu mujer tiene una relación con una de las dependientas”.

Jaime ha disimulado desconocer aquella información, y la ha negado en rotundo. “No hay sitio para una invertida en esta familia”, ha amenazado Jesús, con contárselo todo a Damián. Jesús ha empezado a preguntar a Jaime si acaso buscaba en alta mar lo que no podía conseguir en casa, o si ya lo sabía y su matrimonio era una tapadera “para ocultar su desviación”. Jesús ha garantizado que estaba en manos del médico, que todo aquello acabase siendo vox populi, si no obedecía sus órdenes sobre el análisis de Begoña. ¿Caerá Jaime en la amenaza de Jesús? ¿Le contará a Luz la verdad sobre la droga que está ingiriendo Begoña?

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