Sueños de libertad

Vuelve la odiosa distancia entre Begoña y Andrés en ‘Sueños de libertad’: “Por eso te quiero tanto”

Los espectadores de la serie Sueños de libertad podrían esperar que, a partir de ahora, los personajes de Begoña y Andrés dieran rienda suelta a su pasión. La investigación de la ubicación del cuerpo de Valentín hará que ambos pasen más tiempo a solas, pero bien lejos de las expectativas, en el capítulo de este jueves, que Antena 3 ha emitido a las 15:45 horas, los cuñados se han distanciado más que nunca. ¿Cómo puede ser, si ambos sienten lo mismo el uno por el otro?

Durante el episodio anterior del melodrama de época, protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, Andrés le confió a Begoña sus firmes intenciones de encontrar la sepultura de su primo Valentín, para poder inculpar a Jesús y así liberar a su cuñada de la triste cárcel que supone su matrimonio. El ingeniero llegó a esta decisión después de enterarse de que a Brasil no llegó ningún Valentín Merino, por lo que la carta que este le envió a su madre tuvo que ser falseada por Jesús.

Hoy, Jesús le ha explicado a su esposa que ya había llevado a Julia al internado, y Begoña le ha reprochado duramente que la hubiese alejado de ella para hacerle daño. Además, le ha jurado que aquello era un daño irreparable que no le iba a perdonar en la vida. Pero Jesús se ha defendido diciendo que era ella quien planeaba separarle de su hija y llevársela a Inglaterra. Al final, casi han llegado a las manos cuando Jesús le ha negado a Begoña que Julia fuese su hija, y ella le ha contestado que de él tampoco: “Porque jamás vas a tener un hijo propio”.

Lo que más le importa a Damián

Por su parte, Marta le ha contado a Andrés y Damián su decisión de marcharse a Barcelona con Jaime, bajo el pretexto de impulsar las ventas de la tienda de allí. El hermano ha captado la hostilidad entre el padre y la hija, y les ha dejado a solas. Marta le ha reconocido a su padre que hacía tiempo que había empezado a perderla, al favorecer a Jesús: “¿Cómo puede vivir tranquilo sabiendo que un hijo suyo puede hacer tanto daño?”.

Algo parecido le ha repetido Andrés a su padre poco después. El ingeniero le ha discutido al magnate que podría haber evitado que llevase a Julia a un internado. Pero el fundador de la empresa ha pedido un mínimo de humanidad para él, pues estaba cansado descargar con la culpa de las decisiones de otros. Damián ha postulado que todo lo que había hecho, era para salvar la empresa de la polémica y legarla a sus hijos. “A estas alturas ya lo habríamos perdido todo”, ha constatado el padre, recordando la denuncia de Begoña a Jesús a la Guardia Civil. Pero Andrés ha afirmado que el fin no justificaba los medios.

Damián sentía que la familia se desestructuraba con la marcha de Julia y Marta

Por lo visto, sí que hay alguien más importante para Damián que la empresa y sus hijos, y esa era Digna. El ama de llaves había retirado todas las fotos de Gervasio del apartamento de los Merino, para poder pasar página. En un encuentro con el socio de su fallecido marido, Damián le ha contado que sentía que la familia se desestructuraba de nuevo, con la marcha de Julia, Marta, y el trágico final que le esperaba a Jaime: “Vuelven tiempos sombríos a esta casa”.

Frente a la desgracia, Damián le ha reconocido a Digna que solo encontraba consuelo en ella, así que le ha pedido que dejase de trabajar para la casa, y poder pasar más tiempo juntos. “Nada me importa tanto como tú”, ha prometido el fundador, “ni la fábrica ni mis hijos, lo único que quiero es amarte y cuidarte el resto de mis días”. Pero cuando han estado a punto de besarse de nuevo, Gema les ha pillado, y Digna ha intentado disimular como ha podido.

Eso no ha evitado que Gema le contase a Joaquín todo lo que había visto, y los hijos de Digna le hayan pedido explicaciones a la madre. Justo cuando los Merino planteaban alejarse de los De la Reina, la matriarca comenzaba una relación con Damián. Digna se ha defendido diciendo que le había guardado el luto muchos años a su hermana, y que los sentimientos entre ellos dos se habían ido fraguando desde hacía tiempo.

Begoña y Andrés, cerca, pero lejos

También los sentimientos entre Begoña y Andrés llevan tiempo borboteando en una olla a presión. La enfermera ha llevado a su cuñado a un escondite que Jesús desconocía: la casa de los padres de una amiga suya, donde ella pasó parte de su juventud. Su amiga le había dado permiso para usarla siempre que quisiera. Allí, Begoña esperaba poder hablar tranquilamente con Andrés de sus planes para encontrar el cuerpo de Valentín: “Mi hermano es un monstruo y quiero librarte de él”.

Pero la cercanía corporal entre ellos dos ha incomodado a la chica. Begoña le ha pedido a Andrés que no la mirase de aquella manera. El ex militar ha reconocido que se sentía culpable de mirarla así, por María. Su esposa acababa de perder el hijo que esperaban, y Begoña se ha mostrado comprensible: “Cuando todo estalle, María te va a necesitar”.

Begoña ha reconocido que no podían hacer nada con los sentimientos que ambos se profesaban, y ha pensado que Andrés había hecho lo correcto quedándose del lado de su esposa. “Eres un hombre justo, y leal”, ha reconocido la cuñada, “y por eso te quiero tanto”. ¿Seguirán acercando sus posiciones Begoña y Andrés en ese escondite secreto? ¿Qué sucederá si Jaime cuenta la gran mentira de María antes de morir?

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