Sueños de libertad

ASÍ SE ENTERARÁ JESÚS DE QUE LOS MERINO SON DUEÑOS DE LA FÁBRICA EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Hola amigos, ¿Cómo están? Bienvenidos. El día de hoy les traemos el avance de un capítulo especial de Sueños de libertad. Así se enterará Jesús de que los Merinos son dueños de la fábrica.

Desde hoy mismo soy uno de los dueños de perfumerías de la [Música] Reina. Cuanto me acabe este café, me voy a ir a la empresa a mi primera junta, y allí se va a hacer oficial la entrada de mi hermano y mía como dueños de la empresa junto a Marta y Andrés. Sin duda, para muchos, esto será satisfactorio.

Cuanto menos, Jesús ha ido perdiendo su poder de manera estrepitosa. De ver a un Jesús con control absoluto sobre todos, hemos pasado a ver a un Jesús haciendo patadas de ahogado. La caída de Jesús es estrepitosa y cada vez cae más y más bajo. Primero perdió la dirección de la empresa, luego perdió su lugar en la junta directiva. Tras esto, perdió todo apoyo de su padre, y ahora perdió a Vegonia, además de la oportunidad de usar las tierras de los Merino para obtener la fórmula y regresar a su estado.

Nada de lo que ha hecho Jesús últimamente le ha funcionado y solo logra hundirse más. Y cuando parecía que ya había perdido todo, ahora tiene que sufrir la humillación de su primo. Ya habíamos visto la humillación que le hizo Luis y ahora es el turno de Joaquín.

Así es, Jesús se enterará de que su padre les dio parte de la empresa a los Merinos de la peor manera, y esto lo veremos a continuación.

Comenzamos viendo a Gema atendiendo emocionada a Joaquín antes de su primera junta directiva. Ambos se muestran muy felices. Gema dice: “¿Quién nos iba a decir que nos iba a cambiar la vida de la noche a la mañana?” Menciona que al fin le reconocerán todo el esfuerzo de todos esos años.

Joaquín dice que aún no pueden cantar victoria, pues de los de la Reina se puede esperar cualquier cosa. Gema le pide que disfrute del momento, pues llevan años esperando esto.

Ahora él es gerente de la fábrica, así que Joaquín añade que también es dueño del 20% de la empresa. Gema le dice que ahora va a tener muchas más responsabilidades. Joaquín dice que sí, pero que el haber trabajado tanto tiempo en la empresa le servirá de algo.

Gema dice que ahora puede cambiar todas esas cosas de las que se quejaba en la fábrica. Joaquín menciona que con todo lo que está diciendo, lo está comenzando a poner nervioso. Ella va a preparar una tila, pero Joaquín la detiene para pedirle un beso.

En ese momento, llega Jesús, quien al verlo se molesta y le pide a Gema que le sirva un café. Gema y Joaquín se miran, así que Jesús les pregunta: “¿Qué pasa?” Joaquín dice que pronto los tendrá que dejar de tratar con esa soberbia.

Jesús, sin percatarse de nada de lo que ha pasado, le pregunta a Joaquín por qué debería dejar de hacerlo. Joaquín dice que parece que hay alguien que no está bien informado de las últimas noticias. Entonces le informa que desde ese mismo día es uno de los dueños de perfumería de la Reina.

Jesús los mira impactado y se ríe incómodo. Ellos también se ríen. Entonces Jesús le pregunta a Gema qué le puso a Joaquín en el café que está alucinando. Dice que él jamás tuvo sentido del humor, pero que ha soltado un buen chiste.

Gema le dice que si fuera él, dejaría de reírse tanto y escucharía. Joaquín dice que en cuanto se acabe este café, va a ir a la empresa para tener su primera junta en la que se hará oficial la entrada de él y de su hermano como dueños de la empresa junto a Marta y Andrés.

Jesús responde que eso no es posible, pero Joaquín responde que sí lo es y que la vida da muchas vueltas.

Ahora él es un don nadie. Jesús enfurece y pregunta: “¿Quién fue el que decidió tal estupidez?” Por lo que Joaquín responde que lo decidió el dueño de todo, Damián, quien tiene la potestad de repartir la empresa como quiera y por fin ha hecho justicia.

Ellos ahora tienen el poder, mientras él está fuera. Jesús responde que su padre está perdiendo la cabeza, pero Joaquín responde que Damián está haciendo lo que debe, y lo único que lamenta es que él no esté en esa junta, pues le encantaría que viera cómo los Merinos recuperan lo que es suyo.

Jesús solo los fulmina con la mirada y se va hecho una furia. Mientras tanto, Gema, sonriente, se lanza a besar a su marido, diciendo que está muy orgullosa de él.

Joaquín asegura que las cosas van a cambiar para ellos.

Jesús entonces va a ver a su padre para reclamarle al respecto. Él entra a su despacho y directamente pregunta: “¿Es verdad que va a hacer dueños de la empresa a esos desgraciados?”

Damián dice que ya ve que se enteró. Jesús responde que sí y que fue de la peor manera posible, con Joaquín restregándose por las narices. “¿Es verdad que va a hacer dueños de la empresa a esos desgraciados?”

Damián responde: “Veo que ya te has enterado. Pues sí, y de la peor manera posible, con Joaquín restregándose. Explicar qué demonios pretende.”

“A ti no tengo que darte ninguna explicación. Tengo que recordarte que tú ya no eres nadie en esta empresa.”

Entonces le pregunta furioso: “¿Qué es lo que pretende?” Damián responde que a él no le debe ninguna explicación, pues él ya no es nadie en la empresa. Pero se lo dejará claro: va a repartir la propiedad de la empresa, una parte para Joaquín y Luis, otra para Marta y Andrés, y él se quedará con la mayor parte.

“Ahora que se lo he explicado, ¿estás al tanto?” Jesús dice que a él no le bastó con quitarle la dirección, sino que ha llegado al punto de echarlo a la calle, humillarlo y dejarlo sin herencia. Pero Damián también responde que lo que está haciendo no es un castigo para él, sino un premio para quien lo merece.

Jesús le pregunta si de verdad no cree que él se merece una parte del pastel. Asegura, furioso, que ha invertido mucho tiempo y esfuerzo para poner esa empresa donde está y ahora se la va a entregar a sus enemigos, dejándolo a él fuera.

Damián grita que los Merino no son enemigos. Joaquín y Luis, aparte de ser sus sobrinos, son los hijos del cofundador de la empresa y ese día al fin va a cerrar una cuenta que tenía pendiente con ellos desde hace muchos años.

En cuanto a él, Damián dice que ha hecho cosas bien, pero muchas otras han sido terribles, así que no debería tenerse en tan alta consideración. Jesús, tan enojado como decepcionado, le dice a su padre que lo que piensa es que no es más que un viejo triste y amargado que está intentando comprar el cariño que digna le negó.

Esto enfurece a Damián, quien grita que no le aguantará más insultos de su parte. “Si está triste, es por su culpa. Es por él que perdió a la mujer que ama, y no solo eso, sino que además alejó a su nieta de la familia solo para castigar a Begoña.”

Jesús responde que él no entiende de nada, pero también responde que lo que no entiende es cómo engendró a una persona como él.

Jesús, casi entre lágrimas, grita que es su hijo, pero Damián grita que lo que ha sido es un encubridor. Él ha hecho hasta lo imposible por protegerlo, tanto que hasta le cuesta poder vivir en paz con su consciencia.

A ser justo con los Merino, entonces echa a Jesús del despacho, diciendo que no quiere volver a verlo por allí. Jesús, entonces, jura que esto no va a quedar así, pero Damián lo ignora. Jesús dice que lo tendrá que oír y se va.

Más tarde, Jesús va a la cocina. Allí encuentra a Andrés atendiendo a Isidro, así que le pregunta si es que ahora, además de accionista minoritario de la empresa, es el enfermero de Isidro. Andrés responde que se deje de sarcasmos; solo fue a llevarle las pastillas.

Jesús le pregunta si es que salió a celebrar su triunfo en una de sus rutas montañeras. Andrés no responde, así que Jesús sigue molestándolo. Le dice que debería tomarse más en serio su responsabilidad, pues para llevar una empresa hay que estar al pie del cañón, no perdiendo el tiempo recogiendo florecitas por el campo.

Y así finalizamos este avance. Jesús ha perdido todo. ¿Qué crees que va a hacer? Todo con lo que ha intentado recuperar su puesto ha fracasado y lo ha llevado más y más al precipicio. No solo en cuanto a su poder y control, sino que también ha perdido lo que le quedaba de familia.

¿De verdad encontrará algo que pueda darle la vuelta a la tortilla, o es que nos están preparando para el final de Jesús? Después de todo, se nos ha introducido una nueva dirección en la trama. Ahora quienes buscan control, poder y venganza son los Merino.

Hemos visto que muchos de ustedes no están felices con este cambio, pero junto a la investigación de Begoña y Andrés, quizás sí sea verdad que el final de Jesús está más cerca que nunca.

¿Tú qué opinas? Puedes compartirnos lo que piensas acerca de lo que ha pasado con Jesús y el futuro de la novela con la nueva trama en los comentarios, pues siempre estamos encantados de leerlos.

Muchas gracias por acompañarnos y disfrutar junto a nosotros de Sueños de libertad. Como siempre, les estaremos trayendo los mejores avances de esta gran novela. Así que estén atentos. ¡Hasta la próxima!

 

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