Avance “Sueños de libertad”: Begoña, aterrada y sola ante Jesús, capítulo 80 lunes 17 de junio
En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el viernes 14 de junio, Isidro ayudó a Damián a localizar el refugio donde Begoña agonizaba y Luz convenció a Andrés de que no había más remedio que trasladarla a un hospital. El patriarca se topó con el coche en el que se dirigían a la clínica y avisó a su hijo: solo permitiría que su nuera fuese a la mansión. Luz advirtió que el camino hasta Toledo era largo y Andrés accedió a la exigencia de su padre…
Avance de lo que pasará el lunes 17 de junio en el capítulo 80 de “Sueños de libertad”
En brazos de Andrés, Begoña entra extremadamente grave en la mansión. La penicilina inyectable que tanto necesita la tiene Jaime, que no abre la puerta porque en esos momentos padece otra crisis debido a su tumor cerebral. En esas, Jesús intenta ver a su mujer, pero Damián se lo impide y Luz le espeta que está en peligro de muerte por su culpa.
Cuando Andrés ve que Jesús merodea a una Begoña que se apaga, la emprende a puñetazos contra su hermano mayor. Por su parte, Luz consigue que Jaime le entregue la medicación, ambos despejan la alcoba y tratan de salvar a la enfermera. En el pasillo, Damián oye a su hijo menor jurar al primogénito que pagará por lo que ha hecho.
Avance “Sueños de libertad”: Begoña, aterrada y sola ante Jesús, capítulo 80 lunes 17 de junio
Andrés está dispuesto a denunciar a su hermano por intento de asesinato, pero Damián guarda un as en la manga. Esto y más, en el capítulo 80 de “Sueños de libertad”, el lunes 17 de junio en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el viernes 14 de junio, Isidro ayudó a Damián a localizar el refugio donde Begoña agonizaba y Luz convenció a Andrés de que no había más remedio que trasladarla a un hospital. El patriarca se topó con el coche en el que se dirigían a la clínica y avisó a su hijo: solo permitiría que su nuera fuese a la mansión. Luz advirtió que el camino hasta Toledo era largo y Andrés accedió a la exigencia de su padre…
Avance de lo que pasará el lunes 17 de junio en el capítulo 80 de “Sueños de libertad”
En brazos de Andrés, Begoña entra extremadamente grave en la mansión. La penicilina inyectable que tanto necesita la tiene Jaime, que no abre la puerta porque en esos momentos padece otra crisis debido a su tumor cerebral. En esas, Jesús intenta ver a su mujer, pero Damián se lo impide y Luz le espeta que está en peligro de muerte por su culpa.
Cuando Andrés ve que Jesús merodea a una Begoña que se apaga, la emprende a puñetazos contra su hermano mayor. Por su parte, Luz consigue que Jaime le entregue la medicación, ambos despejan la alcoba y tratan de salvar a la enfermera. En el pasillo, Damián oye a su hijo menor jurar al primogénito que pagará por lo que ha hecho.
Andrés lo tiene claro: denunciará a Jesús por intento de asesinato. Pero su padre, con tal de no poner en peligro sus negocios, amenaza con demandar al benjamín por un delito de adulterio si va a la Guardia Civil… Mientras, Begoña, a la que Luz y Jaime habían logrado estabilizar, sufre fuertes convulsiones…
En la cocina, Digna y Sara se encargan de reconfortar a Julia y comentan lo ocurrido. Según la versión oficial que ha impuesto Damián, a Begoña le alcanzó una bala perdida en una cacería. Más tarde, antes de marcharse y tras controlar los espasmos de su amiga, Luz da instrucciones a Gema para cuando la enfermera despierte.
Y sin mediar palabra, María suelta a Andrés una bofetada por fugarse con Begoña. Para sacarla de su error, su marido, siguiendo las directrices de Damián, le cuenta que su cuñada sufrió un accidente de caza y tuvo que socorrerla. Pero la joven admite no sentir pena por la enfermera: si no estuviera, sus problemas matrimoniales terminarían para siempre.
En la tienda, mientras Marta ultima los detalles para la presentación de “Anhelos de Mujer”, Joaquín felicita a su prima porque su plan para no quedarse sin combustible salió bien, consiguiendo no retrasar el lanzamiento del cofre. A su juicio, vale igual o más que sus hermanos para dirigir la empresa.
A todo esto, la atracción entre Sara y Luis se hace cada vez más evidente. Durante una cariñosa charla, ella dice que le encantan los aromas orientales y él la invita a pasarse por el laboratorio. Gema, envidiosa por la acogida a la nueva criada, irrumpe para mandarla a escurrir toallas. Su cuñado le aconseja aprender de la muchacha…
En la fábrica, Susana, a la que don Agustín ya dio su parte del dinero estafado, anuncia al cura que ha encontrado una casa ideal para vivir juntos. La cosa es que no tienen suficiente para comprarla, por lo que su supuesta hermana propone al párroco que idee otro fraude.
En el dispensario, Jaime y Luz firman la paz definitivamente. Ni él revelará que la doctora no tiene título, ni ella que el médico tiene cáncer. Sin embargo, al preguntar qué le ha pasado realmente a Begoña, su compañera se niega a desvelar ese secreto, pues no le pertenece.
En la cantina, despiden a Mateo con una fiesta sorpresa que Don Agustín se encarga de aguar al sugerir al homenajeado que eche a la “perdida” de Claudia. El chico defiende a la de Don Benito y se contiene para no montar un escándalo.
Y Digna, que se ha percatado de que Gema tiene celos de Sara por lo bien que ha encajado, exige a su nuera que no dé órdenes a la criada. La sirvienta se pone muy triste y su suegra la anima: si la nueva es humilde y positiva, ella es valiente y tiene el apoyo de su familia.
Entretanto, Mateo se presenta en la habitación de Claudia para despedirse y ésta le agradece todo lo que ha hecho por ella. Ambos reconocen que se echarán mucho de menos, aunque seguirán en contacto por carta, y se dan un fuerte abrazo.
En la alcoba, Jaime comunica a Jesús que Begoña está fuera de peligro y el empresario le pide que le dé las gracias de su parte a Luz. Cuando el médico se va, ella despierta y, al ver que se halla de nuevo en la mansión y a solas con su marido, sufre un ataque de nervios…
