Les presento un pequeño resumen del capítulo 238.
Digna pone a Jesús en su lugar en medio de una intensa discusión. Digna y Jesús se enfrentan por conflictos familiares arraigados y tensiones comerciales. Jesús afirma que Digna nunca logrará separarlo de su hija, mientras que ella sugiere que Jesús no tolera su ascenso en las disputas. Digna insinúa que el conflicto está lejos de terminar y que Jesús apenas ha ganado el primer enfrentamiento.
Digna acusa a Jesús de envidiar la fortuna, el poder y el legado de la familia Reina, mencionando las relaciones fracturadas entre sus hermanos, la muerte de su esposo (que atribuye a la ambición del padre de Jesús) y la tendencia de la familia Reina a manipular y engañar para alcanzar sus metas. Despectivamente, califica a su familia como un caldo de cultivo de secretos y mentiras, acusando a Jesús de ser un asesino y afirmando que su hija ni siquiera es biológicamente suya.
Digna expresa su determinación de recuperar el tiempo perdido con su nieta y honrar a su difunto hijo Valentín, a quien culpa a Jesús de haber matado. Luego, cambia el enfoque hacia el negocio familiar, asegurando que los hijos de Damián nunca liderarán. Sugiere tener aliados como Don Pedro y se burla de la incapacidad de Jesús para controlar la situación.
Jesús acusa a Digna de utilizar su seducción para obtener poder, lo que desencadena una reacción física: Digna lo abofetea por segunda vez en la discusión y se marcha. Jesús, furioso, jura despojar a sus hijos de sus acciones en la empresa y afirma que no tendrán influencia en el negocio. Finalmente, se retira burlándose de que ella necesita tiempo para pensar en el menú de la cena.
Mientras tanto, la situación de Pelayo y Marta toma un giro inesperado. Pelayo retoma su propuesta de matrimonio con Marta, ofreciéndole protección. Sin embargo, Marta contraataca cuestionando si Pelayo ya no teme los chismes que inevitablemente surgirían. Pelayo reconoce que todavía le preocupan los rumores y que se siente frustrado por verse envuelto en una situación que ha tratado de evitar a toda costa. A pesar de sus temores, considera que casarse con Marta podría ser la mejor solución para ambos, ya que ahora incluso Don Pedro la amenaza con declarar públicamente su orientación sexual.
Marta plantea una cuestión crucial: ¿Qué pasará con Fina en este acuerdo? Le recuerda a Pelayo que anteriormente le pidió que se distanciara de Fina, una sugerencia que ella rechazó firmemente. Marta afirma que nunca se separará de Fina, ni siquiera para protegerse a sí misma.
Pelayo revela una preocupante verdad: Don Pedro está investigando de forma implacable la vida personal de Marta y no se detendrá hasta descubrirla. Marta, exasperada, expresa su frustración por la intromisión de Pedro. Pelayo confiesa que intentó intervenir, pero admite que tomó medidas drásticas: le dijo a Pedro una mentira, asegurándole que él y Marta son amantes con la esperanza de desviar su atención.
Marta, impactada y enojada, acusa a Pelayo de haber ido demasiado lejos. Pelayo se disculpa explicando que actuó por desesperación para ganar tiempo. Justifica su mentira argumentando que, en su mundo, es preferible que piensen que Marta es promiscua a que la vean como “diferente”.
Sin embargo, Marta deja clara su postura: Fina es el gran centro de su vida y se niega a poner en peligro su relación. Prefiere enfrentar el peligro antes que vivir sin la persona que ama.
¿Qué les parece la actitud de Pelayo?
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